🚚👉 HISPANO 66 G | CAMION DE TRANSPORTE | ENASA

País de origen: España
Tipo: Camión de transporte
Año de entrada en servicio: 1947
Escala: 1:43
Fabricante de la maqueta: Salvat

Comentario: El HISPANO 66 G salió al mercado durante la transición de HISPANO SUIZA a ENASA en 1947.

En ese año, ENASA no había definido ni la marca ni la insignia que distinguirían sus camiones, así que se decidió de forma provisional, que el 66 G saliera al mercado con la denominación de HISPANO.

Los PEGASO I y II eran en realidad los 66 G BIS pero ya eran considerados algo propio. CETA (Centro de Estudios Técnicos de Automoción) se centró en el apoyo técnico a ENASA tanto en la producción como en la inspección de calidad. 

También se especializó en la experimentación y desarrollo de los vehículos de transporte y en la intervención en los proyectos en fase de diseño y estudio. En marzo de 1947, CETA realizó un informe sobre las deficiencias encontradas en el HISPANO 66 G, que consistían en: mejorar los procedimientos de fundición, los cojinetes, el distribuidor y la dinamo.

ENASA encontró una demanda muy escasa para sus modelos 66 G y 66 G BIS de gasolina y el aumento de stocks sin vender podía poner en serios apuros a la marca. Se necesitaba una producción mínima de 600 unidades anuales y la producción no pasó de 19 mensuales.

Con un peso total  con carga de 13.500 kilogramos (peso autobastidor de 4.150 kilogramos), el HISPANO 66 G tenía una longitud total de 7,07 metros, una anchura de 2,56 metros y una distancia entre ejes de 3,80 metros. El bastidor era de plancha de acero embutido con travesaños soldados eléctricamente.

La planta motriz consistía en un MOTOR ENASA HISPANO de gasolina de 6 cilindros en línea, de 5.103 centímetros cúbicos, con una potencia de 100 CV. El embrague era monodisco en seco. El cambio de velocidades era de 4 marchas con reductor, lográndose 8 marchas adelante y 2 atrás. La suspensión delantera era de ballestas y amortiguadores y, la trasera, de ballesta y ballestines.

Los frenos funcionaban mediante aire comprimido y contaban con un dispositivo de retroceso "arpón" que aseguraba la inmovilidad del camión aparcado en pendiente sin contar con el freno de mano, así como el arranque sin hacer el juego de freno de mano y embrague. Las llantas eran de tipo "artillería".